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Antonio Crema |
Poner el gesto, la palabra, la voz
que nunca existían,
allí donde no estaban,
Y amar es simplemente creer, quizás con mas dulzura.
Ver toda la hermosura, la ternura
que siempre ha existido,
allí donde tu estas
#2
Ya anochece, mi amor. Escucha ¬.. ¿oyes
cómo corren las sombras a lo lejos?
Mira el viento . ¿lo ves? Se ha detenido
en la copa del árbol, y ha encendido
algunas hojas con el sol poniente.
El filo de la noche, vacilante,
indefinido, azul, siempre cambiante
y siempre el mismo azul, a veces triste,
a veces melancólico, distante.
El filo de la noche, detenido
sólo un momento; para siempre ido
en un instante azul, quizás violeta,
que recuerda los tonos del olvido
Como el amor, mi amor, y como el río,
y la brisa y tus ojos. Como el tiempo,
y como todo lo que nos asombra
mezclando la belleza y el misterio.
#3
Cuando llueve, el amor se hace más tierno,
se recoge aun mas en su egoísmo.
Toma la forma de sí mismo,
la dimensión precisa de lo eterno.
#4
Siempre queda algo
tan parecido a mi alma!
Después del beso,
cuando nuestras bocas,
húmedas como las rosas en la madrugada
- ¿será, quizás, que lloran? –
se separan,
un suspiro se escapa de los labios.
Y me queda un perfume como a tierra mojada,
un perfume que recuerda, con nostalgia, a la lluvia…
tan parecido a mi alma!
Después de que en la gruta de mi mano cerrada
tu mano, mas pequeña,
que encierra tu corazón y el mío
para que oigamos juntos sus latidos,
se me escapa,
siento un vacío.
Entonces me llevo las manos a los labios
y siento que ese vacío,
que ese dolor tan dulce que me queda
de saber que tu corazón
latía, feliz, junto al mío,
tiene algo
tan parecido a mi alma!
Por eso cuando escribo,
me siento dichoso al saber
que siempre que algo
tan parecido a mi alma!
#5
A veces,
detrás de una hoja,
A veces,
girando en el tocadiscos, en el aire ,
en cualquier parte.
O detenido
en una mirada, en un perfume
o en un sonido,
O presente en un gesto,
un dolor o una sonrisa.
Quizás, soñando.
No importa dónde. Pero siempre
Más que el presente,
es el recuerdo que nos llena
en todo momento .
Y así, de repente, aparece.
En cualquier cosa. En un árbol.
Un árbol, más que un árbol,
es lo que nos recuerda.
O quizás lo que imaginamos que será después.
Nunca un árbol.
Nunca, por lo menos, ese árbol.
Hacia atrás y adelante,
Ahora mismo,
lo único que existe es el recuerdo.
#6
Crepúsculo sonoro,
maravilloso coro
de luces y de sombras, que resuenan
-rebotando- de uno a otro horizonte.
Te encontré, recostada
junto al atardecer, como una estrella
apenas dibujada .
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